“No quiero que le pase nada a mi hija…
- Javier Mejía
- 24 de junio de 2021
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Historias de migrantes
*De la violencia y la pobreza al calorón…
Hace tres meses salieron de su pueblo con la idea de llegar a los Estados Unidos en calidad de familia asilada.
Provenientes del municipio de Armenia, en El Salvador, han viajado miles de kilómetros sobretodo en tren sin perder la esperanza de lograr su objetivo ya que en su tierra la violencia y las amenazas prácticamente los desplazó hacia otros horizontes.
Carlos Adolfo, de 27 años de edad, su esposa y su hija de un año de edad se despidieron de sus familiares y, hace cinco días, llegaron a Mexicali. En el camino, entre Oaxaca y Chiapas, fueron asaltados a punta de pistola y les quitaron dinero y celulares, comentó el migrante salvadoreño.
Es la primera vez que están en la capital bajacaliforniana , donde “está muy feo el calor, muy pesado”, por lo que está tomando más agua que de costumbre.
Dejo el establo lechero donde ordeñaba vacas y ayudaba a “recibir partos”, y juntos emprendieron la travesía hacia el norte.
Los tres llegaron al albergue Peregrino, donde recibieron hidratación y alojamiento para tomar fuerzas y continuar con sus propósitos.
Por un momento dejaron de pensar en las amenazas de pandilleros de una y otra colonia del Departamento de El sonsonete, donde aseguran no se puede vivir en paz.
Carlos está más preocupado por su hija pues “no hay tanto interés por mi vida, pero a ella no quiero que le pase nada”.
Agarran su camastro, beben el suero preparado, se miran y algo murmuran, mientras que su pequeña hija toca la mochila donde cargan sus sueños de sobrevivencia.
