Panchito: de obrero sindicalista a militante de izquierda

Cuando miré que la sangre escurría por su rostro y dos policías lo llevaban detenido me puse furioso y me sentí atado de manos al no poder hacer algo para liberarte.

Era diciembre de 1989 del histórico siglo XX. Un grupo de golpeadores enviados por Fidel Velázquez, “dirigente” vitalicio de la CTM y sus esbirros Moisés Calleja, Lorenzo Vera, Wallace de la Macha y Guadalupe Uribe, apoyados por policías del Estado de México, rompieron la huelga en la planta de la empresa Ford Motors Company, donde murió de un balazo Cleto Nigmo, obrero de fundición de la planta de Ford Motor Company, en Cuatitlan Izcalli.

Hubo más de una decena de heridos que en su mayoría fueron llevados a la Comandancia de ese municipio, donde permanecieron detenidos más de cinco horas.

En ese tiempo mi padre era el secretario general del Sindicato de Trabajadores “de la Ford”, y junto con su comité directivo local habían convocado a una asamblea general en la que se votó por la huelga, de manera que colocaron las banderas rojinegras en la planta y en los almacenes ubicados en la Villa. Las fábricas de Chihuahua y de Hermosillo no participaron en el movimiento.

La llegada del nuevo comité sindical implicó meses de trabajo incluso en la clandestinidad porque el charrismo sindical de la CTM era férreo pero pudo más la organización de los trabajadores para tumbar al cacique llamado Lorenzo Vera, incondicional de Fidel Velázquez. Eran los tiempos del salinato y de la hegemonía priísta.

Un grupo de trabajadores se reunía para hacer en mimeógrafo su órgano informativo llamado El Pistón que era distribuido en la planta de mano en mano en los dos o tres turnos.

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En ese tiempo recuerdo que empezaba como reportero cubre turnos en el periódico unomásuno —después de unos tres alis de haber sido “hueso”—, y ese día me tocó la “fuente obrera”, por lo que me dirigí a la planta de Cuautitlán.

La nota se publicó aunque no se destacó como era deseable. El periódico venía de una crisis por las presiones del poder que derivó con la salida y posterior “exilio” del ex director don Manuel Becerra Acosta.

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Cuando los sindicalistas fueron liberados el movimiento de huelga ya había sido declarado improcedente por la Junta de Conciliación y Arbitraje local.

Cabe recordar que el interés de Panchito por la cuestión sindical venía de unos años atrás cuando siendo electricista se metió a estudiar a la Universidad Obrera ubicada en la calle de San Ildefonso, en pleno Centro Histórico de la Ciudad de México.

Como electricista siempre le gustaba que el trabajo “quedara al centavo”, y con su esfuerzo incansable sostuvo la casa y nos dio educación ante las carencias y las adversidades.

En mi despertó el interés por la cuestión obrera y decidí meterme a la carrera de Sociología del Trabajo en la UNAM.

Posteriormente lo ejercí tanto en el periódico “Hechos Sindicales” con mi jefe Leodegario Aguilera cono en “Servicios Periodísticos Especiales de México” con don Ernesto González, en los primeros años de la década de los años 80.

Vimos su empeño al estudiar y por aprender más de su oficio, añadido a su generosidad y al enseñarlo a mis tíos Poncho y Mauro, así como a su hermano Lorenzo. Fue siempre solidario lo que nos hacía sentirnos orgullosos de él

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Con el tiempo llegaron las traiciones al movimiento sindical por parte de ciertos personajes —como el sonorense Héctor Uriarte— que al final antepusieron sus ambiciones a las convicciones de combatir al charrismo sindical cetemista

Después vinieron los despidos y las jubilaciones de los trabajadores “rijosos”.

Tú decidiste jubilarte y gran parte de tiempo lo dedicaste a la actividad política. Del trotskismo (PRT) terminaste simpatizando con el lopezobradorismo.

El 14 de noviembre del 2014 mi padre murió y parte de sus sueños los vio cristalizados, pero otros no le fue posible vivirlos.

Este parte de la historia de vida de Panchito quise compartírselas con toda modestia y humildad.

Posdata: Muchas cosas nos enseñaste y al morir perdimos el pilar que en casa nos daba luz y equilibrios…será por todo eso que te extraño tanto….

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