Javier, tienes que titularte…

Siempre rondó esa idea en su cabeza y cuando era necesario me la repetía: Javier,  tienes que titularte.

Sin embargo para mi no era una prioridad y como tampoco fue una exigencia a la hora de pedir trabajo pues la titulación pasó a un segundo plano.

Antes de salir de la UNAM empecé a trabajar en algunos periódicos y en ninguno me pidieron el título universitario. Unos años después, en 1985 del siglo pasado, ingresé al periódico unomásuno como ayudante de reportero hasta que ascendí y obtuve mi plaza de reportero. En ese entonces Panchito dejó de insistir en el tema de la titulación.

Fue una época de lucha justamente cuando, en una asamblea general, te eligieron secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Ford Motors Company. tiempo en el que se declararon en huelga y pusieron las banderas rojinegras en las plantas de Cuautitlán Izcalli, estado de México y en Hermosillo, Sonora, así como en los almacenes de La Villa, en el Distrito Federal.

Tocaron fuertes intereses y enfrentaron al charrismo sindical cetemista lo que derivó en represión cuando un grupo de esquiroles reventó el movimiento dejando como saldo un obrero muerto y varios heridos que terminaron en los separos de la Procuraduría del estado de México. Los autores intelectuales de los hechos: Fidel Velázquez, Moisés Calleja y Lorenzo Vera, todos de la CTM.

Fueron tiempos difíciles que los trabajadores enfrentaron con gallardía como auténticos sindicalistas. Mientras que, en nuestra casa de Tacubaya, tuvimos largas conversaciones y nos echamos algunos tragos.

Dos décadas después, platicábamos vía  telefónica, y me volvió a recordar el tema del título universitario, Había visto un anuncio en el periódico donde la Secretaría de Educación Pública (SEP) publicó un acuerdo dirigido a periodistas que quisieran titularse poniendo como requisito cinco años de experiencia, haber cursado los semestres de la carrera y presentar un expediente con algunos trabajos periodísticos.

Fue así que obtuve el título de Licenciado en Periodismo y la cédula profesional, mismos que llevé a la ciudad de México para darle a Panchito ese gusto y lo celebramos con un fuerte abrazo y bebiendo ron con Coca-Cola en Tacubaya. Un año después partiste hacia otra dimensión, queridísimo Panchito.

Leave A Comment