Cortocircuito: Evaden autoridades afrontar crímenes contra periodistas

Por Javier MEJÍA

El asesinato de un periodista adquiere mayor relevancia porque significa acallar por siempre a una voz, representa un atentado a la misma libertad de expresión, valor supremo de toda democracia, y que debe de ser condenado por toda la sociedad, acompañado de una exigencia para esclarecer el crimen para que no quede impune y se castigue a los responsables, ya que ni la prevención como tampoco la protección a periodistas en riesgo han funcionado. Este tendría que ser un asunto de Estado en el que cada una de las autoridades –municipales, estatales y federales–tendrían que asumir su responsabilidad social y política, así como su obligación constitucional de brindar seguridad a la población y protección a los periodistas en riesgo. El asesinato del reportero gráfico Margarito Martínez Esquivel nuevamente enrarece el ambiente social y pone de luto al gremio periodístico que exige freno a la espiral de inseguridad que prevalece en la ciudad de Tijuana, donde las autoridades municipales refirieron un pleito con vecinos como hipótesis del crimen, mientras que la Fiscalía prefirió no manejar ningún posible móvil del asesinato.

El hecho en el que cegaron la vida de Margarito nos genera más dudas que certezas, como las siguientes que ojalá y tuvieran alguna respuesta:

¿Por qué tanta agresión en contra de periodistas que derivan en asesinatos?, ¿Cuál es la responsabilidad del Estado Mexicano en estos casos?, ¿Hasta cuándo dejarán de quedar impunes estos crímenes que son verdaderos atentados a la libertad de expresión?, ¿Seguiremos realizando foros, mesas o diálogos para proponer legislaciones que son rebasadas por la violencia criminal cotidiana?, ¿ A qué se debe la falta de involucramiento y de colaboración de las autoridades municipales ante las agresiones que sufren los periodistas?, ¿Por qué no hay una coordinación de los tres órdenes de Gobierno para prevenir, proteger y, en su caso, aplicar la justicia en contra de delincuentes y asesinos?, ¿Por qué no está en la agenda de los gobernantes atender esta problemática?, ¿Qué se puede hacer para contener la criminalidad que atenta contra periodistas, cuando las instituciones ni previenen ni brindan protección a quienes ven amenazada su integridad física?, ¿Hasta cuando las autoridades dejarán su indolencia para asumir su responsabilidad social y política, así como  su obligación constitucional de garantizar seguridad y tranquilidad a la población?…

Posdata: La terrible noticia de asesinato del fotoperiodista Margarito Martínez Esquivel no «obligó» al presidente López Obrador a dar el pésame a los familiares dolientes, condena alguna o exigencia para esclarecer los hechos y, en cambio, volvieron las descalificaciones al trabajo periodístico… en fin

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