
«Es prematuro, sólo es un rumor», insistía Ávila Puig
- Javier Mejía
- 26 de noviembre de 2023
- Opinión
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Por Javier MEJÍA/ VII parte
Al salir de la alberca, Domingo ya le tenía lista la toalla y el alcohol alcanforado que su jefe se frotaba al término del baño. Enseguida le acercó la taza de café que, sin endulzar, empezó a beber el doctor Víctor Ávila Puig, ministro de Industrias y Desarrollo, quien se empeñaba en pensar que tenía escasas posibilidades de ser el candidato a la Presidencia de México.
Siempre puntual y alerta a lo que se requiriera , el chofer y asistente personal del doctor en Economía esperó el momento para felicitarlo porque Jacinto Olmedo, estrella dl noticiero de la televisión, había dicho que «usted es uno de los que pueden ser Presidente». Esa mención televisiva generó que en su casa el teléfono no dejará de sonar, como el de los cuatro o cinco ministros más que también había mencionado el popular comunicador
— Es sólo un rumor, Domingo. Cosa de los periodistas.
–Así ha de ser, señor…
Aunque también Domingo había impedido que cuatro guardias del Servicio Especial de Seguridad interrumpieran su baño en la alberca que «eran uno de sus pocos momentos de verdadera soledad que se proporcionaba en el día».
Sin embargo la instrucción era precisa y venía del presidente Aurelio Gómez Anda: «debemos protegerlo a partir de hoy, día y noche», lo cual no le era de su agrado, se sentía incómodo y tardó en adaptarse o en aceptarlo por completo pero al final lo hizo.
El doctor Ávila se divertía al ver la seriedad del coronel Matías Saldívar con que se tomaba así mismo y su encomienda: «los señores ministros que pueden ser Presidentes deben ser protegidos de modo especial».
Le advirtió que sería molesto andar con tantos guardias como también que el coronel comisionado a su seguridad o alguno de sus hombres viajara acompañándolo en el vehículo, además que quiénes lo visiten tendrían que identificarse a la entrada, «mientras dura esto».
— Y cuánto puede durar, en su opinión, coronel?.
— No sabría decirlo, señor…Una semana o un poco menos, supongo…
Lo que suponían también es que serían días bastante movidos con la gran afluencia de simpatizantes, dirigentes de los diversos sectores y curiosos que acudirían a manifestarle su apoyo tras enterarse por la televisión de «la Gran Noticia».
Y así fue, un constante ir y venir de vecinos, grupos y organizaciones en pro de su causa: su posible candidatura.
Aunque Ávila Puig la miraba lejos de concretarse, insistiendo en que todo era muy prematuro y que se trataba de un rumor, sin embargo su popularidad iba «in crechendo’.
Luego, en círculos políticos, se pasaban, de mano en mano, un papelito con las iniciales AP ( Ávila Puig) como augurando el cometido político. Lo menos que se decía era que el doctor estaría en la terna de finalistas junto con Zavala y Batis.
En todos esos días y noches con gran efervescencia social y política, el aspirante a la silla presidencial «descubrió que poseía, con sólo proponérselo, una cierta capacidad para engañar y ser creído» como si fuera un arte de la política, «envolviendo con sonrisas las promesas de que iba a cumplirlas».
Muchos de ellos empezaron a acuñar el término del avilismo como una corriente de pensamiento y de acción política, no obstante que el ministro de Comercio y Desarrollo les decía que se trataba de un rumor, lo cual no les importaba ya estaban convencidos de que él sería el bueno y, al final, su candidato presidencial….(continuará).
SPOTA, Luis
Palabras Mayores
Editorial Grijalbo

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